En el actual proceso
electoral, las candidaturas independientes no han estado exentas de críticas,
los saldos que dejan a su paso nos demuestran que este tipo de candidaturas no
están lejos de los reclamos ciudadanos de: más transparencia y menos gastos.
Hace
unos meses el tema fueron las millones de firmas apócrifas presentadas por los
candidatos independientes, pero si esto no fuera suficiente, hoy se advierte
que la sentencia que, en su momento, otorgó 10 días adicionales a Ríos
Piter para probar la veracidad de sus firmas, no se quedó en el anecdotario
retórico de la victimización y posterior declinación de este personaje, sino
que costó nada más y nada menos que cerca de 1 millón de pesos por la
contratación de personal eventual para atender la verificación de apoyos.
Pero,
no importando los esfuerzos adicionales el “Jaguar”, únicamente acudió un día
para la revisión de sus apoyos y, simplemente no regresó con el argumento de
que no había condiciones para la revisión de las 900 mil rubricas calificadas
como anómalas, para días después, decidir poner a disposición su base de apoyos
en pro de una declinación a favor de una candidatura presidencial.
En
este punto debemos preguntarnos y dónde quedaron los ciudadanos, no eran las
candidaturas independientes el antídoto contra los vicios del sistema y los
reclamos de la ciudadanía para reducir los costos de nuestra democracia.
Sin
embargo, la realidad nos probó lo contrario, Ríos Piter sin un ápice de
preocupación por los recursos públicos erogados por el árbitro electoral para
atender su caso, declinó por dejar en el olvido su aventura presidencial y,
finalmente como ocurre en todos los casos, decidió que fueran los ciudadanos
los encargados de pagar por este show mediático.
De
ahí que, para evitar este tipo de situaciones en el futuro, no cabe la menor
duda que debemos preguntarnos ¿Quién debe responder por estos gastos erogados?
¿Esta acción quedara sin castigo?
Lamentablemente,
la respuesta en esta ocasión será… el ciudadano pagará esta factura como
cliente cautivo del sistema, pero a partir de este laboratorio que ha
significado el proceso electoral para la implementación de las candidaturas
independientes, resulta necesario incluir un punto más para la larga y ya
nutrida agenda de la próxima reforma electoral, el cual radica en establecer un
régimen sancionatorio que atienda este tipo de conductas.
Ello
para que los excesos retóricos no queden en el mero anecdotario, sino que quién
sea responsable asuma las consecuencias de sus actos y tú ¿Estás de acuerdo?
Publicado en: enteratede.com.mx
07.05.2018
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