Fue
así que, en el caso de los conteos rápidos, el Tribunal Electoral no avaló las
reglas que buscaban agilizar su realización, precisando que se debía
privilegiar el principio de certeza, en contraposición a la celeridad de los
conteos rápidos, a pesar de tener en la retina lo sucedido en el año 2006, en
donde la incertidumbre allanó el camino para que los partidos políticos se
declarasen ganadores y otros se victimizaran a costa de un supuesto fraude
electoral.
Motivo
por el cual, el INE en una medida de emergencia, el próximo 1 de julio, tomará
los resultados de las hojas de operaciones y, los transmitirá vía telefónica,
situación que, sin duda a pesar de ser una medida validada por los partidos en
la mesa, no faltará quien señale el día de la elección que estos resultados no otorgan
certeza, por el hecho de que estos no fueron bien comunicados o, simplemente,
no dan cuenta de los votos encontrados en las urnas correspondientes a otros
tipos de elecciones.
Mientras
que, en el caso de las reglas de intercampañas, el Tribunal Electoral invalidó
las reglas dictadas por el INE, puntualizando, en palabras del Magistrado Reyes
Rodríguez Mondragón que “ante la falta de regulación no se podía ser ajeno al
reclamo ciudadano y de los actores políticos, que exigen más y mejores espacios
para la exposición del debate de ideas en el proceso”.
Pero,
no son estas razones, parte de un mensaje contradictorio, por un lado, el
Tribunal Electoral, retoma un supuesto reclamo ciudadano para ampliar las
reglas del debate en el período de intercampaña y, por otro lado, sin reconocer
los acontecimientos del año 2006, abre una puerta a la incertidumbre electoral,
hecho que causa malestar en la ciudadanía ante la posible reedición de
problemas añejos.
Así,
nuestros órganos electorales, bajo la bandera de ser los supuestos portavoces
de los reclamos ciudadanos, crean una situación de esquizofrenia colectiva,
donde los mexicanos de a pie nos preguntamos ¿no será mejor que el INE y
Tribunal Electoral fomenten una comunicación interinstitucional para unificar
criterios? ¿no sería mejor que los consejeros y magistrados electorales
ventilaran sus diferencias y exigencias de madurez en privado, siguiendo el
dicho popular de que la ropa sucia se lava en casa?
En
este punto, se debe rescatar que el verdadero reclamo ciudadano radica en
exigir a nuestros órganos electorales que unifiquen criterios y que reconozcan
la realidad, esto es, para que abrir un espacio en las intercampañas si los
candidatos, bajo el manto protector de la libertad de expresión, realizaran una
promoción personalizada, por lo que, anticipándose a esto, no sería mejor abrir
el sistema electoral o, tomar la decisión de eliminar las intercampañas.
O,
en el caso de los conteos rápidos, no hubiera sido mejor devolver el poder y
confianza a nuestros ciudadanos para que se agilizaran las reglas de escrutinio
y cómputo y, todos nos pudiéramos ir a dormir conociendo el nombre del ganador,
sin tener que recurrir a una medida de emergencia como tomar los resultados de
las hojas de operaciones.
Es
aquí donde se origina una exigencia de llamar a las cosas por su nombre, sin
simulaciones que busquen abrir las puertas a campañas veladas en el período de
intercampañas o, simplemente reconocer que nuestra clase política ante la
existencia de preferencias electorales desfavorables, no dudarán en
desacreditar una vez más a la autoridad electoral, señalando que los resultados
consignados en las hojas de operaciones pudieron ser manipulados y que, sus
casas encuestadoras los dan como ganadores.
Por
lo tanto, para evitar esta esquizofrenia colectiva, basada en un cuadro de amigo
y enemigo entre las decisiones del INE y del Tribunal Electoral, no nos queda
más que exigir que las diferencias se transformen en coincidencias y que nos proporcionen
seguridad a los ciudadanos y que, de una vez por todas, se tome una decisión:
¿o se cierra la puerta a la simulación de campañas veladas en períodos no
permitidos; de conteos rápidos no tan rápidos o, se opta, por flexibilizar las
reglas electorales permitiendo que los ciudadanos decidan?
He
ahí el problema, sin duda la moneda está en el aire, ¿certeza o flexibilidad?
Usted decida qué proceso electoral quiere.
12.03.2018
Publicado en: enteratede.com.mx
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